lunes, 16 de abril de 2012




Eran dos nubes blancas, blancas como la nieve, que viajaban
por el cielo azul de una mañana de primavera.
Y se sentían felices de ser tan blancas y como de algodón.
Se acercaban, se alejaban, reían, se perseguían y dibujaban
extrañas formas en el cielo.
Por la tarde, en cambio, cuando el sol se iba poniendo, se
volvían de color rosa y amarillo, rojo y morado.
Eran preciosas aquellas dos nubes al atardecer.
Un día de mucho viento se fundieron la una con la otra.
Y se añadieron también muchas otras nubes que acabaron
formando una masa gris y espesa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario